viernes, 1 de abril de 2011

Viernes 1 de abril, día de pinceladas, pasitos (Uriel, Iván, Alejandro y Mónica)

A veces el arte no es una cuestión de cuadros, edificios, esculturas enteras. A veces el arte es una suma de pinceladas momentáneas, de aciertos súbitos. Y ustedes hoy me ofrecieron esa sensación de que sus exposiciones, aunque no brillantes, sí nos regalaron buenos momentos y avances.

Empecemos por Uriel, quien arruinó un poco su exposición por falta de precisión en el análisis o la argumentación. También por ese clima divertido, relajado, que inspiró sin quererlo en el público y que esta vez jugó en su contra. Sin embargo, demostró con ello una gran capacidad de empatía. Ahora sólo debe progresar en el manejo de ese talento natural. Aprender técnica.

Iván, en cambio, se hizo algo pequeño en el escenario. A mi juicio no eligió una información muy profunda (aunque el tema era interesantísimo) y al sentirse incómodo ante el auditorio se desconectó algo del público. Me hablaba a mí (por cierto, ¡en parte porque ustedes miran a veces con poca atención!). Pero lo que más me sorprendió de Iván es que sí se hizo el silencio cuando hablaba. Daban ganas de escucharlo. Y es, creo, porque sentiamos, más allá de ese nervisiosmo, su voluntad de comunicarse, su consistencia humana. Y su sentido de la humildad, positivo. Nos ganó la persona. Pero aún no el orador.

Alejandro, en cambio, me agradó mucho por su frescura, su naturalidad sin vulgarismos. Una comunicación eficaz y clara. Muy fluida. Pero, yo sigo en mis trece, podía haber enriquecido mejor el contenido de su exposición. Ya saben: nos ofreció un buen "sandwich". El mejor, para mí, que nos ha ofrecido hasta el momento como orador. Pero es que sabe más rico el mole (¿existirá el mole "pirata"?).   ;.)

Y Mónica, es mi percepción, siento que hoy creció en el escenario. No tanto. Pero sí un poco y eso ya es algo positivo. Porque al principio empezó divagativa pero logró dominarlo y llevarnos por la rienda de su buena organización del discurso. Cuando se vio que su exposición podía perderse se encontró. En fin, demostró carácter.

Creo que están cobrando conciencia de lo importante de la información, de lo que se dice. Que sea interesante. Preciso. Variado. Completo. Y lo más importante de todo, NOVEDOSO. De un conocimiento de especialistas en la materia. Que les haga sentirse orgullosos de lo que son ya capaces de comunicar.

En definitiva, pinceladas. No grandes éxitos. No algo memorable. Pero sí un paso más hacia adelante. Bueno, sale, un pasito. Pero es que, como decía mi abuela, de pasito en pasito se avanza el caminito.

3 comentarios:

  1. Agradezco la retroalimentación Sergio y aprovecho la oportunidad para decir también que quizá la falta de argumentación respecto al tema no fue el detalle sino el hecho de no dejar claro lo que representa el Derecho Penal en el encuadramiento de ciertas conductas delictivas.
    Lo comento en breve y trataré de dedicarle una entrada en mi blog.
    La prostitución desde mi punto de vista debe ser considerado como un delito porque se pone en risego un bien jurídico tutelado como lo es la libertad sexual. Así las cosas, para que una conducta sea considerada delito debe, en cierto modo, lastimar a la sociedad o al individuo de manera tal que surja la necesidad de regular dicha conducta. Es entonces cuando los legisladores crean las leyes -en este caso penales-, dan una descripción de la forma de actuar para que se considere delito en donde se detallan los sujetos y su modus operandi. Ahora, depués de esto la ley pasa a formar parte de un Código Penal. De esta manera se crea un supuesto jurídico en donde se prevee una forma de accionar de las personas; si la parte actora incurre en cada una de las especificaciones del Código entonces estará cometiendo un delito.

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  2. Oye, Uriel. Ya hablas como todo un abogado. Lo que no entiendo es cómo considerar delito la prostitución atenta contra la libertad sexual, pues ése ha sido históricamente al argumento usado por los defensores de la penalización (osea, el derecho a que dos personas adultas puedan comerciar con su sexualidad con consentimiento mutuo). Jajajaj, ya se me pegó a mí también la jerga abogacil. ¡Es contagiosa!
    Sergio

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  3. Es cierto, años de buscarlo y tienes razón con lo de la jerga jajaja. Bien, explico, la voluntad de las dos personas -a las que aludes-por comercializar su sexualidad está afectando a la sociedad y a las familias que las componen. Esto con problemas económicos (obvias razones porque se paga por el servicio); enfermedades de transmisión sexual; desintegración familiar,
    entre otros que mencioné en mi exposición. Por esas razones, ya no se vuelve asunto de dos sino de la sociedad y por tanto el Estado necesita regularlo.
    Siendo un poco más objetivo con el punto que mencionas referente a la libertad sexual, -espero estar solucionando tu duda- ya entramos a la discusión clave del tema, y es precisamente aquí cuando me permito citar un principio que tiene años de historia "tu libertad termina cuando empieza la del otro". Es sencillo, a pesar de que esta actividad es una decisión propia o "libre", la prostitución viene arrastrando otros problemas que no podemos ver pero que están ocultos detrás de ella y que están lastimando al Estado.
    Espero que con esto haya solucionado tu duda. Me hubiera gustado mostrar cifras pero no encontré un reportaje o una estadística confiable a excepción de un dato que me pareción relevante: La prostitución a pesar de la reciente crisis económica no disminuyó, así de grave es la situación. A la par de los alimentos, la prostitución mantuvo sus índices de consumo. Esto según una televisora española, al parecer tve o antena 3. ¿Te son familiares?
    Saludos

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