domingo, 27 de febrero de 2011

Artículo argumentativo

En el primer parcial vimos que explicar no era sólo transmitir información, sino "traducirla" a tu público. En este segundo parcial estamos trabajando la escritura argumentativa. No se trata de dar nuestra opinión (que es la mera afirmación de un punto de vista). Hay que "argumentarla", es decir, hacerla válida y objetiva para cualquiera que no comparta nuestra forma de ver las cosas. En otras palabras, hay que convencer.

Observen qué interesante es la etimología de "convencer". No presupone una victoria sobre nuestro rival, sino un proceso en el que debemos "vencer con", es decir, tomar los otros puntos de vista para poderlos vencer con razones, con hechos. Con argumentos.

Para ello el primer paso es profundizar en nuestra propia forma de ver las cosas. En un terreno académico eso significa que es necesario investigar, obtener datos relevantes. Esos datos pueden ser estadísticas, ejemplos, eventos constatables. Pero también puede ser la opinión de un experto en la materia o de alguien cuya palabra goza de prestigio en la comunidad a la que dirigimos nuestro escrito.

Comunicaciones de naturaleza argumentativa las empleamos todos los días. Y es que nos la pasamos discutiendo y negociando nuestra manera de pensar el mundo con otros que lo ven de forma distinta. Eso sí, en una comunicación académica y profesional el juego tiene reglas más rigurosas. Sobre todo se requiere de mayor precisión en las ideas y datos que aportamos. Y, como vimos en Tres versiones de Judas (Borges), es necesario adoptar una actitud aparentemente imparcial, objetiva. Pero en el fondo no hay tanta diferencia con las discusiones que tenemos con los padres, los amigos o con la pareja (¡mis favoritas!).