viernes, 8 de abril de 2011

Viernes 8 de abril: conquistas y retos (Tabo, Luis Antonio, Edgar y Kaleb)

Hoy fue un día donde pude ver ya el terreno que hemos conquistado como clase. Todos los expositores sin excepción presentaron una información muy bien estruturada y con un diseño de Prezi bastante evolucionado. Tabo se atrevió a jugar con el zoom. Luis Antonio insertó con habilidad un video. Son ejemplos de la conquista que ya hemos logrado. Faltó en casi todas, eso sí, lo que yo llamo "la tercera dimensión", es decir, la dosis de información precisa, novedosa, científica, que inyectara "profundidad" en esa claridad didáctica.

Lo mejor de la exposición de Tabo fue la originalidad del planteamiento. Ver en Alejandro Magno un modelo válido para la gerencia empresarial actual es refrescante. Además, es uno de los pocos alumnos que tienen claro que exponer es, de alguna manera, ser un actor, y Tabo siempre le imprime esa teatralidad a sus exposiciones. Lástima que tuviera un ritmo lento y repetitivo y que la información no fuera tan rica como podría haber sido. En cualquier caso, aplaudo su apuesta.

Luis Antonio, no sé si muchos se dieron cuenta, demostró hoy que puede llegar a ser un buen orador. Quiso darle un enfoque didáctico a su exposición, pero forzó ese "truco" y no resultó tan dinámico como podría haber sido. Algo importante de la empatía es que no puede ser forzada. Pero su presentación de la nanotecnología tuvo el mérito de ser clara y amplia y de ofrecernos imágenes y conceptos que nos acercaron al mundo siempre apasionante de la revolución científica.

Edgar nos dio una lección de ritmo. Su exposición fue increíblemente ágil. Sin silencios incómodos, sin repeticiones, sin muletillas, sin acelerarse. Es todo un arte resultar tan natural. Parecía que estuviera pedaleando con soltura. Al igual que las anteriores su discurso fue más variado, amplio y didáctico que profundo. Ése es aún el "debe". La siguiente etapa de su evolución como oradores.

Por último Kaleb nos regaló una presentación llena de empatía. Por momentos su carisma natural se le escapaba de las manos y como ya le pasó a otros compañeros (recuerdo ahra a Uriel o a Marilyn) su tono expositivo nos llevaba casi al borde de la risa, en contraste con la información científica que nos estaba comunicando. Cuando Kaleb se adueñe de esa energía va a poder crear impactos muy poderosos en su auditorio.

2 comentarios:

  1. He descubierto que el ejercicio de una expresión, de cualquier tipo, nos lleva inevitablemente a la comunicación con los demás. Puede que muchas veces los canales no estén abiertos, y los que ejercemos ese ejercicio de expresión somos lo encargados de abrirlos. Y también puede que muchas veces nosotros creamos expectativas muy grandes de lo que podemos hacer, pero al no llegar a cubrir esas expectativas cerramos nosotros mismos esos canales. Lo viví en mi presentación, porque al pasar al frente y enfrentarte a todas las miradas del publico sabes que esperan de ti, o igual sabes que ni siquiera se han percatado de que estas en el frente. En teatro, cuando un actor sale al escenario, sale a dejar el alma en el escenario, y lo hace con todo; para un actor no es simplemente salir y decir sus líneas, también tiene que hacer sentir a un público algo con su caracterización. Pero algo muy curioso, el actor se olvida de su público, que es para quien va a trabajar. Pero para un orador es muy diferente, lo que un orador hace es proyectar toda la fuerza, toda la intención y todo el personaje de un actor, pero jamás se olvida del público. He aprendido que un orador es en parte un actor improvisado, porque puedes llegar a un foro con todo un espectáculo preparado, pero si tu público no responde o no abre sus canales de comunicación el orador tiene que cambiar su estrategia. Yo no soy un excelente actor, ni tampoco un gran orador, pero me encanta estar en el escenario, y sentir la energía que se crea entre el público y yo. Mmmm!! Creo que eso es lo que tengo que comentar sobre mi expo, y eso es un poco de lo que he aprendido este semestre.

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  2. A mí me educaron para pensar que el profesor era un "experto" en la materia, un catedrático, que utilizaba su trono académico para informar de ese conocimiento a sus alumnos.
    Cuanto más pasa el tiemp más me doy cuenta de que el profesor es un comunicador, un actor, y que la clase deberia ser una especie de teatro colectivo donde todos compartiéramos lo que sabemos y lo que ya somos capaces de hacer.

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